El sonido de las gotas de lluvia es, efectivamente, acumulativo, pero le falta “consonancia”, porque el sonido no emana de la voluntad social consciente.
Aunque fisiológicamente puede no haber diferencia en la percepción del sonido de las gotas de lluvia, pájaros que cantan y la voz de otro ser humano, desde un punto de vista humanístico, la comparación es discutible.
Al amanecer, cuando por fin se acabó el viento, empezaron a caer unas gotas de lluvia gruesas y separadas que apagaron las últimas brasas y endurecieron las cenizas humeantes de la mansión.